Existen todo tipo de bullying y entre ellos esta el "Ciberbullying". Esta es la historia de un chico que pudo superar y salir adelante.
"Viví un infierno, todo por ser buen estudiante"
El adolescente, que hoy tiene 13 años, estudiaba en un prestigioso colegio de Bogotá. Ingresó en cuarto de primaria. Sus padres lo matricularon allí porque el plantel donde estudiaba no era bilingüe.
"Venía de un colegio muy estricto -cuenta él-. Estaba acostumbrado a la disciplina, y muchas cosas que enseñaban, ya las sabía. Me la empezaron a montar de nerdo".
Y por eso, por ser estudioso y respetuoso, un par de compañeros empezaron a hacerle la vida imposible.
Y por eso, por ser estudioso y respetuoso, un par de compañeros empezaron a hacerle la vida imposible.
Además de golpearlo e insultarlo a diario, lo excluían todo el tiempo. Lo dejaban solo a la hora del descanso, no le permitían jugar con ellos.
Y quien se le acercaba era amenazado. "Si se juntaban conmigo, también se la montaban", recuerda.
Todo se complicó cuando las agresiones trascendieron al escenario virtual.
En el Messenger -cuenta su madre- era costumbre que cada uno de los compañeros de curso pusiera, en su estado, un mensaje insultante hacia su hijo. Hacían concursos de la mejor frase, y él las veía cuando se conectaba.
También, a través de ese medio, se ponían de acuerdo para escoger la burla que le harían al día siguiente.
"Mi hijo llevó un experimento científico, y como lo habían planeado por el Messenger, se lo dañaron", narra la mujer, entre lágrimas.
Todo el tiempo recibía mensajes en su correo electrónico y en su celular. Le decían, según el niño, "que era un gordo fracasado y rechazado, que me parecía al celador del colegio y que mi mamá era una puta".
"Eso duró dos años y fue un infierno -narra-. Empecé a tener pensamientos malos, a perder las ganas de vivir. Quise morirme, no quería ser el rechazado del curso".
Tal fue la presión que, según su médico de cabecera, sufrió un bloqueo de la hormona del crecimiento.
Tal fue la presión que, según su médico de cabecera, sufrió un bloqueo de la hormona del crecimiento.
Como también aprendió artes marciales, un día no aguantó más las golpizas y la persecución: derrumbó a su más temerario agresor de una patada en la nuca. Ese fue su último día en ese colegio.
Ahora estudia en otra institución donde es feliz, tiene muchos amigos y se olvida del pasado. "Ya lo superé".Nosotros tenemos el valor de superar aquellas pruebas que el mundo nos manda. Si el lo logro, tu también puedes...
Clara<3.